III
Deseará sin duda, recuperar la efusión desvanecida,
Te dejo, un arco iris, pintado en el alma
- abro las alas y reanudo mi vuelo -
sin ser borrado, los mágicos, colores del Arco Iris
pisando pastizales de espigas, pintadas de gris.
Y la sed del tormento, hago pedazos las entrañas,
convertido en estatua, roto en mil estocadas.
Cantando, sin cuerpo inquieta; canta endeble y despacito,
afronta ese dolor, con convicción, sabiendo que pasará en lo alto.
Definitivamente bastó antipatía para matar la amistad,
¡rencor, aborrecimiento! ¡Cómo su bienhechora¡,
que era un ideal de la generosidad.
Gracias a ti, puedo ver que a pesar de la distancia:
Aprendo distinguir afección impropio
-¡Ya no volveré a ser, la misma de antes!...
©M.M.M.
II
Todas las estrellas, dibujan sin prisas, aquella imagen.
Qué una simple llamada, dicen tantos desahogos,
se abría la luz al enunciad su dulce nombre, en mi voz.
Solitario, puede devolver, una amistad verdadera.
Solitario, regálame, un día más de tu felicidad
Las estrellas suministran preciosas, susurrando una voz,
como desesperada -anda es hora dile- ¡cómo te llamas!
¿Qué deseo conocerlo? -anda dilo-,
¿Qué esperas qué no logras aproximarte?,
Te internas en la oscuridad de la timidez.
Concienzudamente esperando, la presencia mesa redonda,
Tan jovial, solitario, andante, con mirada triste,
Quedé— en mutis, gritando…
-Qué venga a rogar su amor-. ¡Tonta!¡Tonta!¡Tonta!.
¡¨Solo, había que percibir la alegría en sus palabras¨!,
Yo te vi. Crecer, como niño y muchas veces como adulto.
La voz fluye por tu oído, buscando caminos;
y llega donde las estrellas, vocean su nombre,
la luna, las estrellas; algún día, nos unirá,
sera -el mejor regalo- para mi.
La luna pronunciará nuestros nombres,
no tengo mucho tiempo para socializar, dame tiempo, cielo azul - luna de conocerlo.
Dios, dará la manera que se le facilitará, algún día será;
Exclusivamente un deleite.
Estaré aquí, esperando; amada amistad y,
serás mi primer amigo...
©M.M.M.
